lunes, 21 de mayo de 2012

Las mujeres de cuello de jirafa

Según cuenta la historia, las 'mujeres de cuello de jirafa' forman parte de la tribu Kayan, una minoría étnica birmana y llegaron a la zona central de Myammar (antigua Birmania) hace unos 2.000 años. Los birmanos obligaron a estas tribus a desplazarse hacia las montañas de Myammar oriental y, hoy, las 12 últimas aldeas están en el estado birmano de Kayah.
   Son famosas por los collares de latón que rodean sus cuellos y que comienzan a usar cuando tienen cinco años. Estos collares presionan poco a poco la clavícula y la cavidad de las costillas hacia abajo mediante la adición de anillos, creando así el efecto de un cuello muy estirado; y llegan a pesar hasta 9 o 10 kilos. Se ha aventurado mucho sobre el por qué de estos adornos tan particulares. Una de las teorías era que así evitaban morir por ataques de tigres en el bosque, ya que éstos se lanzan al cuello. Otra, que al llevar estos collares evitaban ser esclavizadas, dado que su gran peso las incapacita para llevar a cabo tareas pesadas. Sin embargo, ellas siempre han negado ambas teorías, alegando simplemente que los collares son joyas: cuanto más largos son, más atractiva es la mujer que los lleva, dado que realzan la belleza y son muestra de la riqueza de su familia.
   
   Hoy solo unas 120 mujeres kayan lleva collares completos, y aros en las manos y en los pies. De igual forma, solo unas cuantas ancianas conocen la técnica para cambiar los collares. Para limpiarlos, las mujeres se echan agua por el cuello, enjabonan los collares y les sacan brillo dos veces al día. De esta forma, evitan las heridas en el cuello o la formación de moho en el collar. Suelen recogerse el cabello con una aguja de metal que también utilizan para rascarse el cuello.
   
   Monseñor Gabbiato, un sacerdote italiano que lleva cuarenta años trabajando en el estado de Kayah señala que a los maridos kayan no les molesta la tradición de los collares, ya que, al restar movilidad a la persona, obliga a las esposas a permanecer más tiempo en casa. 
   Los collares marcan las vidas de las mujeres kayan. Nunca se los quitan; duermen, se lavan y dan a luz con ellos. De hecho, para una anciana que lleve toda su vida con él, quitarse el collar supondría la muerte por asfixia, porque los músculos del cuello quedan tan atrofiados que resulta imposible mantener la cabeza erguida.


   A pesar del gran impedimento físico que les supone el llevar tanto peso en el cuello, en Kayah las mujeres realizan gran parte de las labores del campo y todo el trabajo de la casa, mientras los hombres se dedican a los cultivos y salen a cazar cuando se les permite. También son muy utilizadas como reclamo turístico para atraer personas interesadas en contemplar esta extraña forma de ornamentación. 
   El gobierno birmano, en un intento por eliminar la imagen de país atrasado que se tenía de forma internacional, trató de eliminar esta costumbre en las mujeres kayan, las cuales, a pesar de la evidente incomodidad que supone, siguieron manteniendo la tradición, aunque, eso sí, cada vez de forma más menguada.



http://www.elmundo.es/magazine/num111/textos/jirafa1.html

http://mapahumano.fiestras.com/servlet/ContentServer?pagename=R&c=Articulo&cid=1115363528799&pubid=982158433476

http://elbauldejosete.wordpress.com/2008/04/30/las-padaung-mujeres-jirafa/


   
 

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