miércoles, 6 de junio de 2012

En defensa de todas las mujeres

Si aún hoy, en muchos lugares del mundo, es complicado reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres, y su práctica una lejana utopía, imaginen cómo sería la situación de la Europa de mediados del siglo XVIII, cuando estaba tácitamente aceptado, como lo más natural del mundo, el hecho de que la mujer era inferior al hombre.
  Fue entonces, en la Inglaterra de 1759, cuando nació Mary Wollstonecraft, en Spitalfields (Londres). Las ideas de esta mujer sobre la igualdad de sexos y sus escritos la han llevado a convertirse en una de las iniciadoras que pondrían, ya desde mucho antes de su nacimiento, las bases del movimiento feminista.
  Su infancia fue bastante dura. Pertenecía a una familia de clase media cuyo padre era tejedor de seda. Sin embargo, sus problemas con la bebida lo llevaron a dilapidar todo el dinero que tenía la familia, además de a maltratar a su mujer. La escasez de dinero obligó a la joven Mary a trabajar como institutriz, costurera o señorita de compañía de mujeres de la alta sociedad, pero pronto destacó por su gran inteligencia y su afición a la lectura, por lo que pudo ejercer como profesora con poco más de 20 años.

  Fue en ese momento cuando comenzó también a dedicarse a la escritura. En 1792, entusiasmada por la Revolución Francesa y los ideales que la movían, se marchó a Francia, donde conoció al escritor estadounidense Gilbert Imlay, de quien se quedó embarazada y tuvo una hija, Fanny. Su relación con Imlay parecía totalmente contraria a todo lo que ella había defendido anteriormente en la publicación de la que se convertiría en su novela más famosa, Vindicación de los derechos de la mujer. De hecho, él acabó dejándola sola con su hija, tras lo que Wollstonecraft volvió a Londres y, tras una época oscura en la que trató de volver con él pese a sus rechazos y en la que incluso llegó a intentar suicidarse, conoció a William Godwin, filósofo y escritor precursor del anarquismo. Al quedarse ella nuevamente embarazada, decidieron casarse y darle legitimidad a su futura hija, Mary Shelley, que años más tarde escribiría la famosa novela Frankenstein. Días más tarde de haber dado a luz, y debido a una complicación del parto, Mary Wollstonecraft moría a la edad de 38 años.
  Cabe destacar que en su vida nunca dejó de escribir, defendiendo siempre la igualdad de la mujer frente al hombre y sus derechos. Ella sostenía que la causa de la situación inferior de las mujeres se debía a un desigual acceso a la educación, que las hacía incapaces de desenvolverse con igualdad en el futuro. Por esto, exigía al estado la garantización de una educación primaria obligatoria y gratuita, tanto para niños como para niñas, que permitiera a la mujer llevar una vida más útil y gratificante. La educación no debía preparar a las mujeres para ser esposas, como defendía Rousseau, ya que su objetivo "es conseguir carácter como ser humano, independientemente del sexo al que se pertenezca". 
  Además, en su obra póstuma María, o las injusticias que sufre la mujer también promulgaba la idea de que el estado debía intervenir para rescatar a las mujeres de los hogares donde fuesen víctimas de malos tratos por parte de sus maridos y defiende el divorcio. Las leyes debían acabar con la subordinación de la mujer y permitirle que participase de forma activa en la política.
  Se convierte por todo esto en un icono feminista cuyas obras quedaron eclipsadas durante mucho tiempo debido a la difusión de su tumultosa vida personal, difundida por Godwin en unas memorias que comercializó tras la muerte de la escritora, así como por la publicación de las cartas que Wollstonecraft escribió a Imlay y que hicieron de ella un ejemplo de lo que no se debía hacer, al tener una hija ilegítima y una vida sentimental poco convencional. No es sino muchos años más tarde, cuando una nueva era de escritoras feministas, entre las que destaca Virginia Woolf, rescata su memoria de la imagen que de ella se tenía y enarbola su figura y su obra como símbolo e inspiración.
  Finalmente nadie pudo apagarla, como declaró su hija Mary Shelley cuando la definió como "uno de esos seres que solo aparecen una vez por generación, para arrojar sobre la humanidad un rayo de luz sobrenatural. Ella brilla, aunque parezca oscurecerse y los hombres crean que están apagada, pero se reanima de repente para brillar eternamente."



http://platea.pntic.mec.es/~mmediavi/Shelley/wollston.htm

http://grandesmujeresenlahistoria.blogspot.com.es/2011/05/en-defensa-de-sus-derechos-mary.html

http://www.poemas-del-alma.com/blog/biografias/biografia-de-mary-wollstonecraft

http://www.quien.net/mary-wollstonecraft.php




No hay comentarios:

Publicar un comentario